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La mirada

Me miro en el espejo del baño sin las gafas y me veo pero no del todo. Me miro sin las gafas porque me he lavado la cara y me estoy poniendo contorno de ojos, o porque me estoy peinando y para eso no necesito ver mucho porque mi indómito pelo se queda como le da la gana con o sin gafas. Me miro en el espejo de mi cuarto sin las gafas y me veo lo suficiente para saber si esos pendientes me quedan bien o no con ese vestido. Me miro en cualquier espejo de casa sin las gafas y me gusto y me reconozco. Pero luego, en la calle, con las gafas puestas y mucha luz (cruel), de repente me veo bien y me pego un susto. ¿Soy yo esa señora que viene hacia mí desde el fondo de la tienda? ¿Soy yo esa mujer algo cargada de espaldas que me recuerda mucho no a mi madre sino a su amiga Paquita Bueno, que era una mujerona, no como yo, pero que se fue cargando de espaldas exactamente así? ¿Dónde estoy yo, dónde he ido a parar, en quién me estoy convirtiendo? Cuando hablo con alguien más joven me pregunto qué está viendo cuando me mira. Yo era una de esas jóvenes horribles que pensaba, aunque sin llegar a pensarlo propiamente, que los viejos siempre habían sido viejos, así que no me puedo quejar. Ahora descubro que los viejos son jóvenes que no entienden qué les ha pasado, son jóvenes que se sienten traicionados porque la juventud no era eterna como creían. Me viene esa frase ridícula de soy vieja pero tengo el espíritu joven, cuando yo no he tenido el espíritu joven ni de niña, sea lo que sea eso. Yo no me siento ni joven ni vieja, me digo, me siento yo. Pero ¿con qué cuerpo soy yo misma?, ¿por qué el cuerpo que envejece me parece menos yo misma que el otro, ese cuerpo adulto que se ha mantenido sin muchas variaciones durante décadas? Por dentro no he dejado de cambiar a lo largo de los años, pienso; no volvería a ser joven por nada del mundo, a ser tan ignorante, a sufrir tanto y tan a ciegas. Entonces, ¿es que el cuerpo joven era para eso, para sostener todo ese trabajo que había por delante? Quizá, me contesto, y empiezo a mirarme con más cariño.


MyS 47, 2019 www.mys.matriz.net

ILUSTRACIÓN: Manuel Diaz Meré "Retrato a la mujer ausente y espejo" | Óleo sobre tabla | 2018. https://creativecommons.org/licenses/by/4.0, via Wikimedia Commons